Gracias Dios por devolverme mi armonía, por rescatarme para la vida, para la música...
La pasada semana también tuve la suerte de poder asistir a una "fiesta de guitarras" en homenaje a Paco de Lucía en "Ámbito Cultural". Allí, mecida por aquellos ritmos y melodías, esta "aprendiz de poeta y cantautora" escribió par de cositas.
Una de estas composiciones, que luego, al caer la noche, musiqué y se hizo canción en mi casa, se titula "Entre dos aguas" -como el famoso y bello son de Paco de Lucía- y es la que aquí hoy traigo.
Espero sea de vuestro agrado. Sabed que mis canciones siempre me sanan.
Sabed que siempre os amo. Gracias.
Sabed que siempre os amo. Gracias.
Cuando el cielo calla
en las noches de satén
y se abre una ventana
al corazón de mi Gran Madre
cuando el torrente de la memoria
retorna a su cauce
y me ayuda a Ser de nuevo
para sanarme.
Cuando la luna susurra
entre las nubes
corazones de ángeles,
cuando la tierra dormida
se abre a que la amen,
entre notas de guitarras
que al compás me rescatan
con toda mi alma
que armonizan mi estructura
con arpegios de almenaras
haciéndose para mí
mullidas almohadas,
que me sirven,
que me salvan.
Sones de mi Tierra de España.
Sones de mi Tierra amada.
A Paco de Lucía y a todos
los que con amor la cantan
acariciando sus cuerdas
también en las horas más bajas
paseándose por sus escalas
que me llenan de fuerza
y esperanza.
Es cuando mi alma despierta,
grande en mí
¡tan pequeña!.
Tan clara.
Es cuando mi alma de poeta
hecha mujer
se serena,
se encariña
se encamina
con todo el amor del universo
y me besa
siempre plumas blancas
repletas de ternura
bajo mis alas
para caminar contenta
hacia mi plena vida sana.
Hoy me amo a mí misma
con verdad y más calma.
Ya no estoy
entre dos aguas.
Anna.