¿Quién escribió la letra de la canción de la alegría?
Dicen que es la misma NOVENA SINFONIA DE BETHOWEN, pero fue el mismo quien escribio su letra?
Mejor respuestaElección del que hace la pregunta
Te explico: cuando Beethoven compuso su Novena Sinfonía, conocida como "Sinfonía Coral", generó un cuarto movimiento inusual, pues por entonces se suponía que las sinfonías tenían que ser en su totalidad instrumentales.
Beethoven introduce en el último movimiento de ésta, su Novena Sinfonía, un coro. Y le hace cantar un texto basado en un poema del pensador alemán Friedrich Schiller. Este texto no respeta en realidad al pie de la letra el original de Schiller, pues Beethoven lo recorta y modifica en parte para adecuarlo mejor a la música.
Esto, además de que el poema de Schiller llevó originalmente el título de Ode und die Freiheigt, vale decir Oda a la libertad, y debió ser cambiado por imposición de la censura por el Ode und die Freude (Oda a la alegría) que hoy conocemos.
Pero atención: la llamada "Canción de la alegría", que se canta en español, que incluso ha sido adoptada en España como la versión oficial del Himno de la Comunidad Europea, no tiene absolutamente nada que ver con el texto de Schiller. No es su traducción, ni mucho menos. Aunque se la cante sobre la misma música compuesta por Beethoven. El autor de la letra de esta versión en español sí es, como te han dicho, Amado Regueiro Rodríguez.
Te copio la traducción de la Oda a la alegría de Schiller, para que veas por tú misma las diferencias. Este es el texto que verdaderamente acompaña el movimiento final de la Novena Sinfonía de Beethoven.
¡Alegría, hermosa chispa celestial,
hija de Eliseo engendrada!
Ebrios de ardor ingresamos,
diosa celeste, a tu santuario.
Tus hechizos reúnen nuevamente
lo que la costumbre había separado.
Todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde tus blandas alas se han posado.
Quien haya alcanzado la fortuna de tener
la amistad de un amigo,
aquel que haya conquistado
el corazón de una mujer prudente,
que una su júbilo al nuestro.
Y también quien pueda llamar suya aunque
sea un alma sobre la faz de esta tierra.
Mas aquel que nunca haya conocido el amor,
apártese de esta alianza con dolor profundo.
Todas las criaturas reciben de la naturaleza
un brebaje de alegría; tanto el hombre bueno,
como el malvado, siguen su rastro de rosas.
Ella nos ha dado besos y el fruto de la vid,
y un amigo leal hasta la muerte.
Al gusano también le concedió placer,
y al querubín el estar de frente ante Dios.
Gozosos, como los astros que recorren los
grandiosos espacios celestes, transitad,
hermanos, por vuestro camino,
alegremente, como el héroe hacia la victoria.
¡Que todos los seres se junten
en un abrazo al mundo entero!
Hermanos, en lo más alto de los cielos
debe reinar un Padre amoroso,
¿Os postrais, humanidad, ante él?
¿Sentís la presencia del Creador?
Buscadlo en lo más alto,
más allá de los cielos estrellados.
Allí está su morada, con seguridad.
Beethoven introduce en el último movimiento de ésta, su Novena Sinfonía, un coro. Y le hace cantar un texto basado en un poema del pensador alemán Friedrich Schiller. Este texto no respeta en realidad al pie de la letra el original de Schiller, pues Beethoven lo recorta y modifica en parte para adecuarlo mejor a la música.
Esto, además de que el poema de Schiller llevó originalmente el título de Ode und die Freiheigt, vale decir Oda a la libertad, y debió ser cambiado por imposición de la censura por el Ode und die Freude (Oda a la alegría) que hoy conocemos.
Pero atención: la llamada "Canción de la alegría", que se canta en español, que incluso ha sido adoptada en España como la versión oficial del Himno de la Comunidad Europea, no tiene absolutamente nada que ver con el texto de Schiller. No es su traducción, ni mucho menos. Aunque se la cante sobre la misma música compuesta por Beethoven. El autor de la letra de esta versión en español sí es, como te han dicho, Amado Regueiro Rodríguez.
Te copio la traducción de la Oda a la alegría de Schiller, para que veas por tú misma las diferencias. Este es el texto que verdaderamente acompaña el movimiento final de la Novena Sinfonía de Beethoven.
¡Alegría, hermosa chispa celestial,
hija de Eliseo engendrada!
Ebrios de ardor ingresamos,
diosa celeste, a tu santuario.
Tus hechizos reúnen nuevamente
lo que la costumbre había separado.
Todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde tus blandas alas se han posado.
Quien haya alcanzado la fortuna de tener
la amistad de un amigo,
aquel que haya conquistado
el corazón de una mujer prudente,
que una su júbilo al nuestro.
Y también quien pueda llamar suya aunque
sea un alma sobre la faz de esta tierra.
Mas aquel que nunca haya conocido el amor,
apártese de esta alianza con dolor profundo.
Todas las criaturas reciben de la naturaleza
un brebaje de alegría; tanto el hombre bueno,
como el malvado, siguen su rastro de rosas.
Ella nos ha dado besos y el fruto de la vid,
y un amigo leal hasta la muerte.
Al gusano también le concedió placer,
y al querubín el estar de frente ante Dios.
Gozosos, como los astros que recorren los
grandiosos espacios celestes, transitad,
hermanos, por vuestro camino,
alegremente, como el héroe hacia la victoria.
¡Que todos los seres se junten
en un abrazo al mundo entero!
Hermanos, en lo más alto de los cielos
debe reinar un Padre amoroso,
¿Os postrais, humanidad, ante él?
¿Sentís la presencia del Creador?
Buscadlo en lo más alto,
más allá de los cielos estrellados.
Allí está su morada, con seguridad.